viernes, 27 de mayo de 2016

Janeth Romero. Estudiante de Ingenieria (U. de Cuenca)


"Me gustaría mucho que los docentes sean humanos, que no se limiten a caras, a apellidos, porque es una realidad el favoritismo. Deben ser equitativos y estrictos. Mantener la disciplina y ayudar a todos sus estudiantes"


La moral da unas pautas de cual son las exigencias de la sociedad en tu comportamiento, pensamiento y formas de actuar. En este sentido mi profesora de ultimo año en la escuela generó en mi un impacto enorme, ya que, dejando a un lado el plano académico y curricular, se centraba en aspectos morales, que aún ahora los sigo practicando. Fue una docente que dejó huella en mí, y aunque no recuerde su nombre, nunca me olvidaré de ella.

La exigencia y el lema “Hay que enseñar a un hombre a pescar, y no darle pescando” era una de las filosofías de vida de un docente en sexto curso, del cual, gracias a esa exigencia, descubrí mis potencialidades y desarrollé en mi algo que me ha ayudado en todos los ámbitos de mi vida: la responsabilidad y a no rendirme nunca.


Me gustaría mucho que los docentes sean humanos, que no se limiten a caras, a apellidos, porque es una realidad el favoritismo. Deben ser equitativos y estrictos. Mantener la disciplina y ayudar a todos sus estudiantes.

Yolanda Neira. Docente Secundaria. Colegio Militar Abdón Calderón.



Cada día enseñas algo, pero más que enseñar ser docente es un continuo aprendizaje, tanto de los niños como de los jóvenes.



He trabajado con niños y con jóvenes. En todos estos años de labor docente de descubierto una hermosura en mi profesión, aunque profesión no es el término adecuado, vocación se adapta más. Cada día enseñas algo, pero más que enseñar ser docente es un continuo aprendizaje, tanto de los niños como de los jóvenes.


Es hermosa la labor docente. Y me inspiraron los excelentes maestros que supieron guiarme cuando estaba en las aulas de clase como estudiante. Mis estudios secundarios los cursé en el colegio Manuela Garaicoa de Calderón, y tengo un hermoso recuerdo de la Rectora de ese entonces: Dora Canelos. Su carisma es incomparable y su don de gente insólito.

Jessica Zumba. Estudiante de Psicología Educativa (U de Cuenca)




Era una apasionada de sus clases, le interesaba de verdad que nosotros como estudiantes entendamos sus clases.




En mi formación educativa han pasado mucha gente, pero una docente que dejó una huella en mi es Angelic Amori. Su carácter, y su forma de ver la vida es digno de admiración. La metodología de trabajo se centraba en la colaboración. Detestaba todo tipo de competencias en el aula de clase. Era una apasionada de sus clases, le interesaba de verdad que nosotros como estudiantes entendamos sus clases. Sabia muchísimo y siempre compartía con el grupo de trabajo algunos datos interesantes, ejercicios de relajamiento, etc.

Marco Carchipulla. Estudiante de Ingeniería (U de Cuenca)




Un buen docente tiene que ser humano, y hay que considerar que la vida no sean solamente números, ya que en ello no se encuentra la inteligencia




Tuve un docente en el Colegio que impartía la cátedra de Física, gracias a su exigencia y a la motivación que supo generar en mí, ayudó a que me gustara la materia. Con el pasar de los años este gusto fue acrecentándose, y decidió mi profesión para la vida, Ingeniería.

A mí me sirvió mucho la motivación de mi docente en el Colegio, pero hay que entender que no todos son así, lastimosamente en la mayoría de colegios los docentes no están bien preparados, y no logran que sus estudiantes ingresen a una educación superior. Porque pienso que si un estudiante no logra los resultados esperados, es una falencia del docente. Un buen docente tiene que ser humano, y hay que considerar que la vida no sean solamente números, ya que en ello no se encuentra la inteligencia.

Àngel Cajamarca Illescas. Vicerrector encargado del Colegio “Manuel J. Calle”



Estamos obligados a ser creativos, despreocuparnos un poco de llenarnos de datos en la cabeza, sino ayudar al desarrollo de las potencialidades de los chicos, y desde la parte lingüística que el lenguaje se convierta en una herramienta para ser feliz. La educación debe servir para eso.



No se me podría borrar de mi mente mi maestra de primer año de escuela, cuando en un momento dado me cargó en sus brazos, me puso en una silla y escribí algo en el pizarrón. Nunca había visto unos ojos como esos, pero más que sus ojos, ella tenía una mirada que emanaba ternura, confianza.

En quinto año de escuela, tuve un docente que, aunque era muy rígido y tenía una metodología de enseñanza, en ese entonces aceptada y muy agresiva, se tomaba un tiempo pata compartir con nosotros, sus alumnos, cuando en la hora de educación física, compartía y jugaba con nosotros. Ese acto borra totalmente una forma tradicional de enseñar, y en cierta forma hizo que uno se identifique como docente.

Llegó a mi vida un docente que me exigía al máximo. Yo con 14 o 15 años, sentía que él no me entendía, me parecía de verdad alguien demasiado exigente, demasiado apasionado y drástico. En ese momento descubrí, gracias a él, la poesía, leí a Neruda. Luego, y gracias a mi gran docente Dr. Efraín Jara Idrovo, me gradué como el mejor de mi promoción en Lengua y Literatura, y determinó también mi forma en la cual concebir la educación y la práctica educativa.

La educación ahora está cambiando, ya no es la misma práctica de cuando yo estaba en las aulas como estudiante, sino más bien como docente se tiene que inventar nuevas formas de llegar a los estudiantes. Estamos obligados a ser creativos, despreocuparnos un poco de llenarnos de datos en la cabeza, sino ayudar al desarrollo de las potencialidades de los chicos, y desde la parte lingüística que el lenguaje se convierta en una herramienta para ser feliz. La educación debe servir para eso.

Hay que desligarse de ataduras económicas y sociales, porque en estos momentos se ha perdido el ímpetu y se ha desorientado la práctica educativa, concebida en un comienzo para dar posibilidades de superación a los más pobres. Hay niños, niñas, jóvenes, etc. Que en mi devenir de profesor ha tocado impartir clase  en una aula que podría ser todo menos aula, un charco enlodado con tablas en vez de pupitres. Esta es la perspectiva y la realidad que tenemos en la educación y debemos solucionar y participar activamente de cambios en el modelo educativo existente

Vayamos de la práctica a la teoría. No sirven los datos en la cabeza sin un criterio formado en base a evidenciar la realidad educativa. Si los futuros docentes no le dan importancia a la práctica, cuando ejerzan la profesión se van a empapar  de los demás docentes y sus prácticas tradicionales. Se contagian de lo que hay que renovar, y no se renueva.  Hay que formarse en la realidad y proponer ideas. Desempeño auténtico de la educación, sin perder en vista lo mas fundamental: la educación para los pobres.